Sultana del Lago Editores

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Lina Andara: “Soy tan novel poeta como cualquier joven”

Sultana del Lago Editores publica “El surco que ha dejado mi vida”, un poemario que recoge la producción poética de Lina Andara desde 1976 hasta la actualidad.

El caso de los poetas silentes, escondidos, cuya obra espera durante años para ver la luz, es una realidad en la historia de literatura, de esas fuentes hemos abrevado grandes autores, muchos de ellos, desaparecidos físicamente cuando su obra se da a conocer. La dicha de la vida ha permitido que Sultana del Lago Editores convierta en libro el trabajo de Lina Andara, aun con la autora entre nosotros. Son más de 44 años los que han esperado los poemas más antiguos de este libro para ver la luz. El Surco que ha dejado mi vida, ya está disponible en Amazon Kindle y en impresión bajo demanda para más de quinientas ciudades alrededor del mundo.

Lina Andara nació en Maracaibo en 1955, es poeta y narradora. Estudió Letras en la Universidad Central de Venezuela en los años 70’s. Escribe desde los 15 años. En 1975, en la Escuela de Letras de la UCV, junto a sus compañeros Manuel Hernández y Tirso Salas desarrollaron la revista LABERINTO Y FUGA. En 1976 organizó el primer Encuentro de nóveles poetas. En 1980 fue miembro de la  Asociación Cultural Rómulo Gallegos y participó en el primer Encuentro de poesía femenina. Desde entonces ha permanecido alejada de la vida literaria nacional y toda su obra ha permanecido inédita. “El surco que ha dejado mi vida” recoge más de 50 años de producción poética.

Para que sus lectores puedan conocerla mejor, Lina Andara ha respondido a nuestro cuestionario de Autor.

¿Cuál es tu nombre completo? ¿Te gusta tu nombre? ¿Por qué?

Mi nombre es Lina del Consuelo Andara Rincón. Y sí, me gusta. El primer nombre es Lina, corto, sutil y delicado, tal como es mi asomarme al mundo exterior. Del Consuelo, profundo, donde cabe la inmensidad de mi realidad interior, con disposición de recibir y dar al interno de los demás, es consuelo. De mis dos apellidos, uno es suave, como una bandera. Andara,  el otro recio, Rincón, sonoro y rebelde. Así los percibo, y así me gustan.

¿Dónde naciste? ¿Hay algo del lugar donde naciste que lleves marcado en tu personalidad?

En Maracaibo, en el Hospital Central, en el Milagro, en una tormentosa media noche de un 11 de mayo de 1955. De Maracaibo llevo en el alma la transparencia de su cielo, su sol radiante, la brisa de una tarde soleada y alegre. Esa brisa cálida, luminosa, alimenta mis momentos, me llena de alegría de vivir, muchos días nublados me derrumban.

¿En qué país del mundo te gustaría vivir y por qué?

El Líbano, su civilización milenaria y profunda, la parte de su cultura secreta, aunque no podría soportar la condición social de la mujer. Me siento ciudadana del mundo. Quiero aprender idiomas, los que las circunstancias me permitan, quiero vivir aquí y allá, sin echar raíces, aprendiendo cómo cada pueblo crea sus valores, como de asoma al mundo. No soy persona de vínculos, me apasiona aprender de la gente, pero no quedarme. No quiero vivir en parte alguna en particular. A la final me quedaría con mi sol y mi cielo transparente.

¿Qué estudiaste? ¿Cuál es tu verdadera vocación? ¿A qué te dedicas?

Hice hasta cuarto semestre de Letras en la U.C.V. Me hubiera gustado estudiar Comunicación Social, intenté pero poderosas razones personales no me ayudaron.  Pero lo que me apasiona es la comunicación, tengo certificado de locución y me disponía a sacar al aire un programa radiofónico lleno de calor humano. Me complace encontrar la satisfacción a una necesidad, la solución a una demanda, enfrentar opuestos y que al nivelarse, se complementen. Cultivo un profundo respeto a los derechos humanos, a los verdaderos, no a los políticos, los mensajes de autoayuda me permiten acercarme a las personas, disfruto de una amena y apasionada conversación.

Como hace poco enviudé, habiendo permanecido aislada, pero aislada en el pleno sentido de la palabra, a conciencia y con placer, estoy re-conociendo el medio ambiente, estoy re-conociendo a las personas. De lo único de lo que no me retiré fue del oficio de escribir, eso va implícito en mi estructura personal.

¿Qué época de la historia de la humanidad admiras más? ¿Por qué?

El nacimiento de la edad moderna, el momento cuando comenzaron los inventos que subieron el nivel de vida de la humanidad, el “progreso”.

Pero con ellos vino por añadidura el mercantilismo, el capital, y con ello comenzó la destrucción de este planeta llamado Tierra.

Esto representa una grave inquietud, ver cómo los valores absolutos que unían al ser humano con su Dios (principio Vital) fueron decayendo, materializándose, cosificándose hasta llegar a este momento cuando la humanidad necesitó esta plaga que nos acosa para reaccionar y ser obligado a entrar en contacto consigo mismos. Nace mi pregunta eterna: ¿Qué sienten las personas al finalizar el agite diario, al acostarse, al poner los pies debajo de la cobija?

¿Qué figura histórica repudias?

Hitler. Existen principios secretos que se guardan para que el ser humano entre en armonía consigo mismo y con el universo, con ello alcanzar la evolución propia y la del grupo social en el ámbito en el  que se empleen.

El los usó para su exclusivo provecho y el de una mínima expresión de seguidores. Fue su conocimiento grande y grandemente mal usado. Intentó borrar (por razones que no atañen al momento) borrar lo humano de la humanidad. Su ciega furia, su desequilibrio causó desastres más allá de su alcance. Por ejemplo, aparte de los millones de personas que bajo sus órdenes fueron asesinadas, las víctimas de la guerra,  las víctimas inocentes de las dos bombas nucleares. Y todavía ese vórtice de energía mal usada causa estragos. Respeto mucho el poder del ser humano, respeto al ser humano.

¿Cuál es tu película y actor cinematográfico favorito?

Bueno, no acostumbro ver muchas películas, aparte del “Doctor Zhivago”, con Omar Sharif (quien de paso se las traía); me impactó mucho, por lo fiel de su adaptación al libro original, la saga del “Señor de los Anillos”, todo: música, lo acertado en la selección de los artistas, iluminación y el mensaje. El hombre tiene el libre albedrío y la voluntad para caminar por el sendero que desee, especialmente cuando se tiene una responsabilidad más allá de la vida propia. Admiro la fuerza de resistencia y de voluntad en el ser humano. La lucha entre el bien y el mal es una profunda constante en mi trabajo. No  me gustan las películas de superhéroes, me parecen vacías de contenido.

¿Quién es tu músico preferido? ¿Cuál canción podría ser la banda sonora de tu vida?

No conozco alguna pieza musical que sienta que me describa, que me “dice” musicalmente. Pienso que más bien mi vida ha ido componiendo una melodía de grandes altibajos, un verdadero Surco. Pero mi músico preferido es Bethoven. Ejemplo precioso del surgir de su propia desgracia. Su Novena Sinfonía, completa, demuestra cómo, dentro de todo, tuvo el atrevimiento de componer tanta arrogante alegría. Me identifico absolutamente con él.

¿Qué opinas del suicidio?

Me parece la más solemne cobardía. Es despreciar la capacidad del ser humano de resolver. Ni siquiera justifico el aborto. Consiste en negar al ser que se gesta la oportunidad de aprender, de vivir. Nadie está autorizado a decidir sobre una decisión de vida tomada tiempo antes. Vida y sexualidad se usan con entera responsabilidad. El suicidio me representa el egoísmo absoluto, el desprecio al amor de Dios y de las personas que de alguna manera están ligadas al suicida.  Bajo ningún concepto me suicidaría, creo yo, sin querer decir “de esta agua no beberé.

¿Qué cambiarías de tu personalidad?

¡Qué voy a cambiar si ella va cambiando con la madurez que las experiencias me han dejado! La Lina que nació no es la misma de los 70, ni la que escribe ahora es la misma que se quedó sola hace cuatro años. Era radical, y con terribles condiciones internas, ya no. Una de las más poderosas razones para que cambie la personalidad es el amor.  Por amor morí y nací miles de veces. Todavía puede cambiar. Tal vez es que tengo que asomarme al mundo fuera de mí. Viví mucho tiempo muy dentro de mí.

¿Le temes a la muerte?

No creo en la muerte. No lloro ante la muerte. El día que me toque desprender me iré, habré consumado mi labor. Me iré de la mano del hombre que amo. Es sólo un rato, un cambio de nivel, pero seguiré existiendo como yo soy en mi interno, por fuera no lo sé, tengo que esperar.

Si tu vida tuviera propósito ¿cuál crees que sería?

Si tuviera un propósito mi vida…Toda vida tiene un propósito. Mi propósito quiero que sea dejar testimonio escrito y evidente por todos los logros y alcances, a través de mi poesía, de la existencia de un amor por encima de todos los niveles, por encima de las dimensiones y las pequeñeces de este mundo. Que sea testimonio de que por amor uno triunfa por encima de uno mismo, por encima de las dimensiones desconocidas, que es lo casi imposible para la mayoría de las personas. Entregar el fruto escrito y en logros de esta batalla terrible entre lo malo, lo regular y lo mejor de uno mismo para tener derecho de amar.

¿Cómo te describirías literariamente hablando?

Busco ser original, mis experiencias profundas, contundente en la expresividad. Una  persona que escribe desde la más profunda soledad, no sé si definirlo como una especie de existencialismo pues mi poesía y yo somos lo mismo, sólo que el material de la vivencia es mucho más amplio y espeso de lo que es la palabra. No puedo usar la palabra por jugar con ellas. Apenas me alcanza para decir un pedacito de lo que “necesito”, no de lo que quiero decir.  “Me muerden la lengua las poesías secas”. Trato de que el contenido de cada trabajo diga en varios niveles, necesito acumular significados en el corto espacio de un poema aunque éste parezca largo.

Nunca busqué más la crítica, después de que mi profesor de Taller Literario me dijo “No te molestes, tú no sirves para poeta”. Así que leía un poco, escribía o me reventaba,  y guardaba.

Soy tan novel poeta como cualquier joven del cual reciba el honor de leerme. Mi virginal poesía es la primera vez que se desnuda al público. Imágenes, imágenes que contienen la verdadera naturaleza de mi ser es lo que encontrarán en este libro.

¿Crees que tu escritura tiene alguna utilidad?

No se escribe para utilidad alguna, escribo para drenar mi lava interna. La “utilidad” consistiría en la posibilidad de conectar mi vivencia con alguien que la comparta, lo ayude a abrir sus posibilidades a una vivencia interna quizás a algo hasta más amplia que la mía propia. Para decir que acá adentro y allá en su adentro, en una mágica empatía, existen cosas que ni habríamos descubierto. No busco abrir caminos en nadie pero quizás pueda suceder.

¿Qué razón te motiva a escribir?

Ya lo hemos conversado. El poemario “Aludaria” está acompañado de una prosa que se llama “Aludar de un diamante”. En ella hay tres partes, la primera se llama “Mi motivo”. Comienza  con “Escribo porque…” sí, necesito expresar una vivencia en un mundo donde los pasos no se posan en el suelo, donde la brisa es una tormenta y donde no puedes asomarte al exterior sin la deformación que produce el tallado de un diamante en el cual estás presa. Si no escribo me muero, sin saber lo que era lo he hecho desde los 15 años. Desde allí comienza la terrible lucha entre el bien y el mal, los terribles impulsos hacia abajo y los más temibles por ascender. Todo eso derivó en un poemario que parecía del corte de “Los Cantos de Maldoror” del Conde de Lautreamont o de las Flores del Mal, de Baudelaire, sólo que era mi vivencia cercana, de aquí mismo de mis labios, de mis ojos hacia adentro. Nacía esa palabra sangrienta, doliente, virulenta. El único remedio que encontré en esa batalla, para que no triunfara el mal, fue quemarlos. Eran las Reflexiones de un Espejo. Y así en ese caminar largo de una búsqueda por liberarme de esa furia interna para poder amar. Amar era lo que yo quería y no sabía ni siquiera qué era eso, así nació mi poesía. Existe para decir que estaba amando y ahora para decir que amaré por encima de la muerte en un mundo que sigue siendo gigante, pero ahora es sereno y casi  luminoso.

Por eso escribo.

¿Qué sientes al ponerle punto final a una obra?

¿Punto final? El punto final no lo pondré yo. Lo pondrán mis dolientes cuando me cremen. Será cuando me convierta en esa “fantasmal bandada de gaviotas transparentes” que se lo llevó a él. Mientras haya vida habrá obra.

¿Qué es lo más difícil de ser un escritora?

Para mí, fue tomar la decisión de compartir mis poemas por primera vez con alguien versado en crítica, se trataba de desnudarme por completo en público. Yo no sabía qué me iban a decir.

¿Cómo descubriste que serías escritora?

Lo reitero, cuando le mostré mi trabajo al editor y al poeta que prologó este libro. Es ahora cuando me estoy convirtiendo en escritora, antes sólo quería ser poeta, y ser poeta era traducir lo de adentro hacia afuera. Escribo por razón de necesidad, de supervivencia.

¿Tienes alguna rutina a la hora de escribir?

Cuando siento ese algo, me siento, ahora frente a la computadora (cosa que aprendí a manejar hace poco). Dejo que fluya espontáneamente la palabra. Así va tomando forma y contenido. Al cesar esa experiencia, le voy dando forma, es como una masa ígnea que voy amasando hasta que deja de quemar. Leo y releo hasta que dice exactamente lo que quiero.

¿Qué te inspira?

Es algo que viene de adentro. Pero ahora en particular la marcha de mi amor de este plano. La rebeldía ante nuestra separación, ante las dimensiones que nos separan. Decir lo que quiero, lo que he descubierto que no había concientizado antes. Trato de definirme ante esta nueva realidad, estoy sin él, tengo y quiero cerrar los círculos que quedaron abiertos “antes del parto de la tierra”.

¿Cuáles son los escritores o libros que más te han influenciado para escribir?

Claro, en lo relativo a poesía, Pablo Neruda, el gran poeta, el de las imágenes originales, el del ritmo secreto, delicado sentimiento. Me marcó de manera indeleble. Guardo ahora ciertas reservas. Gabriela Mistral, César Vallejo. Ezra Pound, Rilke en teoría literaria.

¿Con cuál libro te iniciaste en el hábito lector?

Doña bárbara de Rómulo Gallegos, con él decidí estudiar letras.

¿Cuál es tu libro favorito y por qué?

Adonay de Jorge Adoum. Me sirvió de compañía en la época de mis profundas luchas. Poético, profundo. Es uno de mis libros de cabecera.

¿Cómo ves el panorama literario en Latinoamérica hoy día?

América Latina está en proceso de profundas búsquedas.

¿Qué libro le recomendarías leer a Dios?

Ninguno, los conoce todos.

¿Qué libro le recomendarías al presidente de la república?

Su argumento es religioso, haciendo un inenarrable daño social y espiritual al pueblo de Venezuela. Que conozca las leyes del universo, El Kybalión, de lo que acopiará en sus intereses personales, ya que los de los demás no le interesan.

¿Quién es el escritor contemporáneo que recomendarías leer?

Todo aspirante a escritor y amante de la poesía debe leer a Pablo Neruda.

¿Qué libro o libros no has podido terminar de leer?

Don Quijote de la Mancha. Confieso humildemente que no logro leer dos capítulos seguidos.

¿Tienes algún mensaje para los jóvenes que se inician el camino de escritura?

Respeten la palabra, al lector. Respétense a sí mismos, sean fieles al motivo que los lleve al acto de escribir. Con la palabra no se juega. Sea cual fuere su estilo, sean íntegros.

¿Antes de morir, qué logro en literatura quisieras tener?

Haber publicado todo lo que he escrito en mi vida. Recibir el reconocimiento de los niños con un libro de cuentos ilustrado por mí misma.  Saber que mi testimonio ha sido recibido con respeto y amor.

¿Has tenido alguna experiencia erótica (excitación) con la lectura? ¿Qué libro?

Si, leí Las mil y una Noches, versión completa con ilustraciones muy sugestivas. Eran tres libros como Biblias. Fue una experiencia intensa, no recomendable a los muy jóvenes. Me gustaría ahora releerlo para asumir el contenido artístico más que la forma.

Si escribieras como un pintor ¿qué pintor serías?

Vincent Van Gogh.

¿Cuál es tu personaje de ficción favorito? ¿Por qué?

Frodo, de El Señor de los Anillos. Respeto su fuerza de voluntad, el sentido de responsabilidad social, incorruptible. Y Samsagaz, fiel a toda prueba.

¿Qué persona o situación de la vida real crees que merece convertirse en literatura?

Lo escribí, la narración la hace el billetico. Las vicisitudes de un billetico de 20 Bs. De los viejos, desde que sale del banco hasta su último acontecimiento. Lo narré para mis hijos. Me gustaría completarlo, algún día.

¿Qué opinión te merece Sultana del Lago Editores?

Gente audaz, se atreven a publicarme. Veo una gran trabajo de apoyo a nóveles escritores, los ya reconocidos tienen un gran medio para la comercialización y publicidad de sus obras. Me siento honrada de pasar a formar parte de la familia de la Sultana.