Sultana del Lago Editores

Editorial Independiente de Venezuela

Cuando la humanidad y las criaturas del planeta se ven amenazadas por el mal y la oscuridad, la figura que el Dios de la Creación colocó en la tierra deberá enfrentarse a los temibles ejércitos de las sombras para impedir que el mundo se vuelva frío y hostil. Dicho guerrero comienza con una misión personal para encontrar o salvar algo que es realmente invaluable para él o para ella, pero al toparse con sus eternos guías de vida (el Sol y la Luna) termina encarando y derrotando los obstáculos que ponen en riesgo la estabilidad de todo el planeta. Nuestro guerrero siempre contará con la ayuda de la magia, no solo de los espíritus sino también del amor y de su propia fuerza interna. Esa que el Dios de la Creación se encargó de resguardar en lo más profundo del ser que vino y vendrá a la tierra para salvar a su gente en las peores épocas del mundo. Su deber siempre está orientado a dar lo que sea necesario por restaurar la armonía. Es así que la Syzygia entre Helios (sol) y Selene (luna) es la encargada de resaltar el heroísmo y la entrega que desde el primer momento llevaron al elegido a sentir con más fuerza los latidos de su corazón para devolverle el brillo al mundo cuando más lo necesita.

Hay novelas que no se leen, sino que se sobreviven. Que no se pasan página a página, sino que nos arrastran al centro del torbellino. Así es Sol de medianoche, la ópera prima de Gerardo Steinfeld, una historia que arde en las manos como un secreto maldito y que late como un conjuro en la piel de sus personajes.

Desde su primera línea, Sol de medianoche establece su tono: un lirismo punzante que se adentra en el territorio frágil y salvaje de la adolescencia. En un pueblo ficticio llamado Montenegro —una suerte de Aleph tropical donde convergen las leyendas venezolanas, la mitología ocultista y los demonios de la juventud— tres muchachos, Samuel, Finch y Nelson, intentan sobrevivir no solo a la secundaria, sino también al peso inminente de lo sobrenatural.

Steinfeld construye un universo denso, simbólico y poderoso. Sus páginas iniciales nos introducen en un colegio que se parece demasiado al infierno: bullying, drogas, soledad, padres ausentes y una violencia que no necesita monstruos para ser real. Pero en Montenegro hay también un demonio literal —el del Meridiano— y su aparición rompe la delgada barrera entre lo real y lo espectral.

Samuel, el protagonista, es un adolescente de cabello rojizo y ojos inexplicables. Su mundo está mediado por una sensibilidad casi extrasensorial, capaz de oler el miedo, escuchar lo oculto, intuir la verdad. Vive con su padre, dueño de una perfumería esotérica, entre inciensos, grimorios y reliquias de las artes oscuras. Entre sus compañeros de clase —tan vivos, tan trágicos— destacan Finch, el nihilista pálido; Daniel, el regordete enamorado y humillado; María, la chica enigmática que parece saber demasiado y que arrastra a Samuel hacia un juego peligroso con los espíritus y los secretos del pueblo.

La novela no tiene prisa, pero tampoco se demora. En sus primeras cien páginas establece, con precisión quirúrgica, una tensión creciente que nos lleva desde el drama escolar hasta el horror cósmico. Un exorcismo fallido, una tabla de ouija comprada clandestinamente, una posesión demoníaca en plena aula de clases… y todo narrado con un estilo exuberante, gótico, visualmente hipnótico. Steinfeld no le teme a lo grotesco, ni al exceso. Por el contrario, abraza lo abyecto como parte de la poesía de crecer en un país donde el misticismo popular convive con la desesperanza cotidiana.

Lo más perturbador de Sol de medianoche no es el demonio que habla en latín ni los crímenes sin resolver en las márgenes del pueblo. Es el vacío que dejan los adultos, el terror de crecer sin guía, el miedo a convertirse en aquello que odiamos. La oscuridad no siempre viene de la montaña embrujada —a veces, está en el baño del colegio, o en el silencio de una madre ausente, o en la carcajada de una chica que se burla del llanto de un niño enamorado.

Esta es una novela escrita desde las entrañas. Y se nota. Gerardo Steinfeld, joven autor venezolano, ha parido un libro que mezcla lo mejor del realismo mágico con el horror juvenil a lo Stranger Things, pasando por influencias oscuras que recuerdan a Lovecraft, King y Vallejo. Pero lo que hace única a esta novela es su lenguaje, su tono íntimo y feroz, su apuesta por lo poético incluso en la barbarie.

"Gerardo