Disfrutamos la Ana Fuentes leyendo los poemas del libro “Memorias de un caminante: Construcciones poéticas: 1976-2000” del escritor nicaragüense Mario Martínez Caldera.
Mario Martínez Caldera (Managua, Nicaragua. 1957). Poeta, narrador y ensayista nicaragüense. Fue oficial del ejército popular Sandinista. Es licenciado en Administración de Empresas, por la Universidad Centroamericana de Nicaragua. UCA. Fue Secretario de la Unión de Escritores de Nicaragua en el periodo 1982-1986. Fue miembro de Consejo de Redacción del Suplemento Cultural Ventana. Fue director Centro de Estudios Laborales de 1989 al 2010. Entre 2010 y 2018 se desempeñó como Asesor del movimiento sindical nicaragüense. Pasados más de treinta años de la publicación de su último poemario, en Memorias de Caminante recoge sus textos inéditos entre 1976 y el año 2000.Publicaciones: Conspiración Silenciosa (Poesía, 1982); Ritos Ocultos (Poesía, 1986); Confesiones de un Murciélago (Cuento, 2011).
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En la sosegada tranquilidad de esta tarde de domingo, poeta, he comenzado a leer sus poemas de “Memorias de caminante”.
Comenzando con el título pienso en los caminos de la vida que como nos recuerda el gran Antonio Machado, que al poetizarlo por usted vuelve la vista atrás recuerda con nostalgia los caminos del amor que no ha de volver a pisar y que ineluctablemente nos conducen como ríos al mar, en la muerte.
“Solamente lamento que cada día pierdo mis poderes”, dices al llegar casi al final del camino, “porque… pensé volar como en mis mejores tiempos y no pude”, ni siquiera la autocomplacencia, esa “alfombrita oriental en la que volamos tranquilos, funciona. Ha llegado al final del camino de la vida pasional.
Al andar se hace el camino,
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.
Caminante no hay camino
sino estelas en la mar.
Vita flumen es un latinismo que literalmente significa “la vida como río” y que hace referencia al tópico literario en el que se muestra que la vida es como un río, que va recorriendo el campo, con sus recodos, con sus remansos y que al final acaba en el mar.
Vita flumen