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Editorial Independiente de Venezuela

Francisco Enríquez Muñoz: “Mi verdadera vocación creo que sería la de actor porno, pero resulta que me he dedicado más a esto de la escritura que a la fotografía”

Gracias a un libro de poemas de Mario Benedetti, “El amor, las mujeres y la vida”, a mis tiernos 20 años, logré conquistar el corazón y el cuerpo de un par de teiboleras (bailarinas eróticas, desnudistas). Yo a ellas les leía un poema y decía que era mío, de mi puño y letra, y ellas me creían y me invitaban cervezas y me llevaban a un privado y no me cobraban el rato (ni las cervezas) porque decían que me amaban mucho. Incluso, cuando yo no iba a verlas al antro, ellas me llamaban por teléfono y me preguntaban cómo estaba, si todo estaba bien y por qué no había ido a verlas y que me extrañaban. Y cuando yo tenía como 14 años, iba casi diario al súper a manosear un libro sobre sexualidad humana que contenía un montón de fotos de desnudos, coitos y felaciones. Ese libro era muy caro y nunca pude comprármelo, pero durante dos años fui diario al súper, a la sección de libros y revistas, sólo para ver esas imágenes. Lo malo es que un día, ahí en el súper, tuve una poderosa erección que no se me bajaba con nada y tuve que ir al baño a masturbarme. Antes caminé como pato de lado a lado por el súper. Más de una muchacha se dio cuenta.

Nacido en Ciudad de México, en el año 1975, Francisco Enríquez Muñoz, es un escritor, dibujante, fotógrafo, “pornólogo, cinéfago, pervertidor de mayores”, autor del libro “¡GORE, PORNO Y SNUFF! ENSAYOS SOBRE DESVIACIONES DEL CINE” que ya está en preventa en Kindle y a partir de este sábado 27 de julio, podrá ser adquirir en impresión bajo demanda en nuestra web, en tapa blanda a través de Amazon y en Google Play Books. El autor ha respondido a nuestro cuestionario para darnos conocer sus inquietantes ideas sobre la vida y la escritura.

¿Cuál es tu nombre completo? ¿Te gusta tu nombre? ¿Por qué?

Francisco Enríquez Muñoz. Nunca había pensado en si me gusta o no mi nombre. De hecho, me parece la más extraña de las preguntas que alguien me ha realizado. Pero digamos que sí, que me gusta mi nombre. Porque es lo que me identifica como lo que soy y a lo que ya me acostumbre.

¿Dónde naciste? ¿Hay algo del lugar donde naciste que lleves marcado en tu personalidad?

Nací en la Ciudad de México. Nacer en la Ciudad de México es algo que te marca para siempre como “chilango” y como un perfecto hijo de puta.

¿En qué país del mundo te gustaría vivir y por qué?

Me gustaría vivir en Holanda, ya que me parece es el lugar menos horrible del planeta. En realidad me gustaría vivir en Kriptón o al menos en Wakanda.

¿Qué estudiaste? ¿Cuál es tu verdadera vocación? ¿A qué te dedicas?

Estudié Kinder, Primaria, Secundaria, Preparatoria y luego en una escuela de fotografía profesional. Ahí aprendí mil cosas que ahora cualquier teléfono celular puede hacer con cualquier imagen. Mi verdadera vocación creo que sería la de actor porno, pero resulta que me he dedicado más a esto de la escritura que a la fotografía.

No me parece admirable ninguna época de la Historia, ya que el humano es una mierda en cualquier época y lugar.

¿Qué figura histórica repudias?

La verdad es que a la única persona que no repudio es a mi esposa. De ahí en adelante, no discrimino a nadie: repudio a Todomundo.

¿Cuál es tu película y actor cinematográfico favorito?

La verdad es que me encantan las películas de terror, las porno y las de superhéroes. Pero también puedo ver con gran estoicismo obras de Fellini, de Godard o de David Lynch o de cualquier otro más denso. ¡Tengo un montón de películas favoritas! Y soy muy malo para aprenderme el nombre de los actores, pero si me pones a elegir, bueno, Linda Lovelace sería mi actriz favorita.

¿Quién es tu músico preferido? ¿Cuál canción podría ser la banda sonora de tu vida?

Bueno, me encanta el jazz, el blues y el rock. Mi músico favorito sería Miles Davis. La canción que podría ser la banda sonora de mi vida, sin duda, “BAD TO THE BONE” de George Thorogood

¿Qué opinas del suicidio?

Puede verse como un favor a la humanidad.

¿Qué cambiarías de tu personalidad?

Lo berrinchudo, lo depresivo. Pero quizá si cambiará eso yo sería otra persona y quizá ni escritor sería.

¿Le temes a la muerte?

A la muerte lenta y violenta, sí.

Si tu vida tuviera propósito ¿cuál crees que sería?

Escribir, fornicar, leer, amar…, no, creo que la vida no tiene ningún propósito.

¿Cómo te describirías literariamente hablando?

En pañales.

¿Crees que tu escritura tiene alguna utilidad?

Sí, me mantiene cuerdo en un mundo de locura.

¿Qué razón te motiva a escribir?

La necedad. No hay ninguna razón para escribir un libro en un país, como México, en el que casi nadie lee libros.

¿Qué sientes al ponerle punto final a una obra?

Me cuesta mucho. A mi libro de ensayos, el de cine, a cada rato le agrego cosas, datos, ideas, frases y creo que nunca voy a ver publicada la versión definitiva.

¿Qué es lo más difícil de ser un escritor?

Publicar. Lo fácil es escribir.

¿Cómo descubriste que serías escritor?

Desde niño odie la escuela. Entonces me gustaba dibujar y empecé a leer obsesivamente cómics. Yo quería dibujar el cómic de Batman. Mis sueños se fueron por la coladera cuando crecí y entendí que vivo en un país de mierda en el que no hay seguridad de ninguna especie y que los sueños no sirven para nada. Así que tuve que estudiar lo mismo que todos los que viven con sueños rotos: Kinder, Primaria, etc. Me inscribí a la escuela de foto porque no sabía qué estudiar. Nada me gustaba. Y un día me puse a inventar un diario en el que me encontraba con extraterrestres y tenía a mi lado una colección de esculturales mujeres que me amaban con locura. Por casualidad encontré una revista en la que invitaban a colaborar. Mandé uno de esos textos y me lo publicaron. Así empecé a decir que yo era escritor, aunque sólo había leído cómics y publicado un cuento en una pequeña revista.

¿Tienes alguna rutina a la hora de escribir?

Hago de vez en cuando apuntes en un cuaderno, de frases de libros, de cosas que se me ocurren, de que cosas que me pasan, y luego en mi computadora les doy alguna estructura y terminan siendo poemas, cuentos, ensayos o hasta novelas. La mayor parte de mi tiempo lo invierto en buscar concursos literarios y editoriales que acepten manuscritos.

¿Qué te inspira?

El cine, mi esposa, los cómics, la pornografía, los monstruos, las redes sociales, el coito, en fin, al respecto no soy muy original.

J. G Ballard y su novela “La isla de cemento”. Ese fue el primer que leí y que compré porque me gustó la portada, como a los 13 años. De niño, como a los 8 años, leí “El señor de los anillos” y me maravilló. Creo que esos libros me han influenciado en todo a lo largo de mi vida.

¿Con cuál libro te iniciaste en el hábito lector?

En realidad, aprendí a leer gracias a los cómics. Quise aprender a leer antes de entrar a la Primaria, antes de cumplir 6 años, porque quería saber lo que decían los cómics. Me encantaban, sobre todo, “Los cuatro fantásticos”, “El hombre araña” y “Batman”. Por ellos aprendí (y me gustó) leer.

¿Cuál es tu libro favorito y por qué?

Todos los de mi autoría que he logrado publicar. Porque me ha costado un huevo y medio publicarlos.

¿Cómo ves el panorama literario en Latinoamérica hoy día?

Un asco. No veo nada que resalte o que valga la pena. Todo se parece a todo. Y lo peor es que aún no salimos del realismo mágico y de reverenciar a gente muerta.

¿Qué libro le recomendarías leer a Dios?

“Los hornos de Hitler”, “La Biblia”, “El Corán” y “Los 120 días de Sodoma”.

¿Qué libro le recomendarías a Andrés Manuel López Obrador?

“Cómo suicidarse sin maestro”, de Rius.

¿Quién es el escritor contemporáneo que recomendarías leer?

A un mexicano, el tipo se llama Francisco Enríquez Muñoz.

¿Qué libro o libros no has podido terminar de leer?

¡Huy, muchos! A veces por tiempo o porque se me olvida o porque empiezo a leer otros, pero tengo muchos títulos en la fila de espera.

¿Tienes algún mensaje para los jóvenes que se inician el camino de escritura?

Sí, que no se dediquen a escritores. Que se pongan a coger, a viajar, a ver Netflix, pero que no se les ocurra volverse escritores.

¿Antes de morir, qué logro en literatura quisieras tener?

Me gustaría ganar un concurso literario que me diera el suficiente dinero para irme a vivir con mi esposa a Holanda.

¿Has tenido alguna experiencia erótica (excitación) con la lectura? ¿Qué libro?

Bueno, he tenido varias, pero les voy a contar un par. Gracias a un libro de poemas de Mario Benedetti, “El amor, las mujeres y la vida”, a mis tiernos 20 años, logré conquistar el corazón y el cuerpo de un par de teiboleras (bailarinas eróticas, desnudistas). Yo a ellas les leía un poema y decía que era mío, de mi puño y letra, y ellas me creían y me invitaban cervezas y me llevaban a un privado y no me cobraban el rato (ni las cervezas) porque decían que me amaban mucho. Incluso, cuando yo no iba a verlas al antro, ellas me llamaban por teléfono y me preguntaban cómo estaba, si todo estaba bien y por qué no había ido a verlas y que me extrañaban. Y cuando yo tenía como 14 años, iba casi diario al súper a manosear un libro sobre sexualidad humana que contenía un montón de fotos de desnudos, coitos y felaciones. Ese libro era muy caro y nunca pude comprármelo, pero durante dos años fui diario al súper, a la sección de libros y revistas, sólo para ver esas imágenes. Lo malo es que un día, ahí en el súper, tuve una poderosa erección que no se me bajaba con nada y tuve que ir al baño a masturbarme. Antes caminé como pato de lado a lado por el súper. Más de una muchacha se dio cuenta.

Si escribieras como un pintor ¿qué pintor serías?

Francisco de Goya.

¿Cuál es tu personaje de ficción favorito? ¿por qué?

Batman. Porque siempre hace las cosas como le vienen en gana en nombre de la justicia.

¿Qué persona o situación de la vida real crees que merece convertirse en literatura?

A mí siempre me ha interesado el coito como una forma de la literatura. Lo malo que es muy difícil escribir y describir las sensaciones de ese momento.

¿Qué opinión te merece Sultana del Lago Editores?

Pues que me sorprende mucho que se hayan animado a publicar el que considero es mi libro más complejo, más gordo y más obsesivo. No puedo más que agradecerle a esa editorial que me haya abierto las puertas.