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¿Por qué leer este relato, si ya me sé el final? Por Javier Gómez G.

¿Por qué leer este relato, si ya me sé el final? Sobre el libro “Relato de mi experiencia de Sanación de cáncer” de Emérita Lara

En esta época donde el imaginario colectivo está dominado en su mayoría por seres ficticios con grandes súper poderes, que constituyen casi una nueva mitología, tal dominio nos hace olvidarnos de que a diario tenemos cerca de nosotros gente que hace verdaderos actos heroicos y que, por el afán de espectacularidad pasan sin ser notados.

Salir y escuchar las vidas de muchas personas que a diario comparten con nosotros nuestra rutina, y que a veces, por estar saturados de pantallas, no nos damos el tiempo de conocer, nos podría hacer ver que hay gente luchando grandiosas batallas a brazo partido, que solo con escucharlas nos harían conmover y nos arrancarían aplausos de pie.

En este caso, hoy me ha tocado leer la batalla de Emérita, a quien conocí en el año 1996, una mujer físicamente delgada, de la cual a simple vista percibes su inteligencia y timidez detrás de sus lentes, pero no es a quien te imaginarías en correspondencia física con la fuerza que ha demostrado y descrito en la batalla que le tocó librar. Leer este relato no solo conmueve, narra una experiencia de vida que marca para siempre, y que a muchos puede servirnos de ejemplo cuando, por no valorar las bendiciones cotidianas que recibimos, nos quejamos por cualquier nimiedad y nos “echamos a morir” ante el primer obstáculo, y cuando las cosas no salen como las deseamos.

Otra gran verdad que salta a la vista en estas preciosas líneas, escritas con pasión, y con un estilo fluido y ameno, es el valor de la espiritualidad, de esa que da propósito, sustento, sentido verdadero a la vida. También salta el hecho de que ella misma reconoce que esta gran batalla de la que logró triunfar, su éxito no vino solo de sus propias fuerzas, sino de una combinación de manifestaciones de Dios a través de todas las mediaciones humanas que le hicieron llegar a gotas su Amor y se convirtieron para ella en una lluvia de Amor de Dios, el cual siempre ha sentido presente.
Esta es una historia que a pesar de que le sabemos el final: ¡ella ganó! ¡Logró retardar su plano a otro plano! No se nos arruina por sabérselo, porque la magia de esta historia no está en saber el final, sino en conocer el “cómo” ella, con la ayuda de Dios y de los suyos, libró una batalla ejemplar ante la cual mantuvo una actitud de lucha valiente que, siendo sincero conmigo mismo, no sé si yo sabré tener y/o mantener si algo similar me sucede.

Prologar este libro ha sido para mí un honor, inesperado, por el cual me siento ahora bendecido. He recibido un toque de amor que le invito a compartir a usted, amigo lector, porque estoy seguro de que leer estas líneas como a mí, no le dejarán indiferente.

Gracias Emérita, no solo por invitarme a prologar, sino porque he recibido de ti un ejemplo que me alienta, y que me hace concienciar las bendiciones que tengo, entre ellas la de ser tu amigo, y haber recibido tu ejemplo de cómo lidiar una batalla única, donde el enemigo estaba dentro de tu propio cuerpo. Dios te bendiga.

Lic. Javier E. Gómez Graterol.
Diácono de la Sociedad de San Pablo
CNP n.º 11774