Sultana del Lago Editores

Editorial Independiente de Venezuela

“EL AMOR Y SU ELOCUENCIA” de “Te contaré mi historia mientras llueve” de Audrey Delgado y Carlos Henriquez

Yo estaba un tanto absorto al presenciar este ritual tan detallado sobre agradecer. Entonces abrí mis ojos y encontré los suyos, ella soltó una carcajada.

— ¡Debes pensar que estoy loca y tan solo estoy comenzando a agradecer! La verdad lo hago durante todo el día en voz muy baja o en mi mente. Solo quise probar tu tolerancia a mi grado de locura para saber de primera mano si vale la pena dejarlo todo por ti.

Esto fue aún peor… ahora sí me encontraba totalmente perdido ante esta dama sacada de un cuento, pero  sin dejarme espacio a reacción alguna, ella continuó diciendo.

— Pues sí. Así mismo, he decidido que me he enamorado, pérdida e irremediablemente de ti. De tus ojitos pardos siempre tristes como perdidos y de esa mirada que busca pertenecer. Así que te doy una muy buena noticias, hay un lugar al que perteneces además de a ti mismo. Ya sé que estás completo, yo también lo estoy. No creo que estés buscando tu camino o propósito, tampoco yo pero si he entendido bien, ese camino tuyo esta justo junto al mío y pienso disfrutar del recorrido todo el tiempo que la vida nos regale.

Mi cara de asombro se transformó en sonrisa y la mire a los ojos escuchándola contarme su historia.

— Llegué a este pueblo para terminar mi tesis. Mi Máster está listo y sé cómo restaurar cualquier edificación antigua que decida renovar. Pude escoger entre millones de lugares pero es tu estudio de baile el más hermoso edificio que he visto jamás. Sus vitrales ya gastados me llaman a gritos, la cúpula del salón central es mi sueño hecho realidad y lo único que me separa de cumplirlo es convencer a su dueño de que me necesita en su vida. Creo que he hecho un buen trabajo al convencerte sin que supieras siquiera el porque te había encontrado.

Me sentí bastante tonto pues habría sido súper inteligente de mi parte preguntarle qué hacía parada bajo la lluvia mirando fijamente mi estudio, pero nunca se lo pregunté. Ella prosiguió:

— Durante tres días he tratado de contarte porque estoy aquí, mi plan era convencerte de que me vendieras el edificio o me permitieras al menos restaurarlo sin que ello significara ningún gasto más allá de los materiales para su reconstrucción. Serviría como perfecto ejemplo de mi trabajo y a cambio tendrías fama y fortuna no sólo por tus magníficos eventos, sino por el atractivo histórico del lugar, del cual estoy segura no tienes una mera idea. Pero me ha sido imposible esbozar una sola idea coherente frente a ti, mis piernas casi no me sostienen y de seguro no hay forma de que sigan un camino distinto que el que tú marcas en nuestros encuentros. Pude morir de un resfriado la noche en que nos vimos y aun así habría sido la noche más hermosa de mi vida.

Estaba catatónico, nunca pensé recibir tal declaración en mi vida. Me preguntaba ¿Quién era esta perfecta mujer frente a mí? Pero seguí escuchándola sin interrumpir.

— Antes que respondas a mi avasallante discurso, quiero que sepas algo importante. Vengo de un país lejano, no tengo padres conocidos, viví mis primeros 17 años en una casa hogar, por eso tengo muchos hermanos y al menos 16 madres que cuidaban de nosotros con amor y devoción. Debo decir que soy mucho más afortunada que la gente promedio, nunca he estado sola, mis muchas madres, padres y hermanos; me enseñaron que la vida es hermosa cuando se comparte con otros. Que cada día es un regalo, que no hace falta más que existir para ser, aprendí que tengo todo lo que necesito porque la vida misma es un regalo que recibí sin dar nada a cambio.

Al cumplir la mayoría de edad gané mi beca por logros académicos para venir a este país a estudiar. De nuevo como siempre la fortuna me sonrió. Empaqué una muy pequeña maleta y me despedí de mi enorme familia y mi país, llegué aquí y el no entender una sola palabra de lo que decían los demás me enseñó rápidamente un nuevo idioma, una nueva cultura y un nuevo mundo. La beca era suficiente para pagar mis estudios y una cama caliente, así que de inmediato la necesidad, madre de todos los éxitos, me acompañó para conseguir mi primer empleo en el campus. Conocí un centenar de estudiantes de intercambio que me mostraron un universo de pequeños planetas que coexisten en la tierra.

Luego la vida una vez más me dio un regalo y me enamore de quien no me amaba. El desamor me enseñó que la tristeza es una amiga amable, que te ayuda a reorientar el camino. Ahora que termina mi tiempo en las letras y libros he venido a comenzar a vivir lo que anhelo vivir.

Mientras la escuchaba, me sentí un tonto al creerme mártir, como pude pensar alguna vez que había sufrido y que era un abandonado. ¡Está chica hablaba para darme una hermosa lección!

— Un minuto más, casi termino. Tú me miraste por primera vez y sé por cierto lo que siento cuando la vida quiere darme un regalo. Siempre confío en ella, pues al final todo sale bien, y si no, pues es porque aún no es el final. Entonces dejando claro que eres mi destino y yo el tuyo, teniendo por cierto que escuchaste aterrado y sonriente mi historia y la razón de nuestro encuentro. ¿Aun sientes que podrías acompañarme al fin del mundo?

En ese momento lo sentí, con ella término la historia del niño que teme a estar sólo y a dejar de ser parte de algo, fue el fin de esas ganas terribles de ser amado por lo que soy, hasta ese día mi necesidad de llenar las expectativas de todos para ganarme su afecto del que no me sentí nunca merecedor. Hasta ese momento comprendí que soy amor. Que el amor está dentro de mí, que gracias a un acto de amor vine al mundo y que a diario el amor me mantiene con vida.

Ya había sido suficiente silencio de mi parte así que decidí llenarme de valentía y expresar la más elocuente frase.

— Ya que estamos enamorados y comenzaremos una vida grandiosa juntos. ¿Quieres tomar un café?

Ella respondió.

— Sí quiero.

Mientras caminamos y se desprendía una llovizna tierna del cielo, ella me contó su historia feliz y prometo contárselas pronto. Ese día comencé a creer distinto, por eso creamos un hermoso nuevo cuento.