Sultana del Lago Editores

Editorial Independiente de Venezuela

“NUESTRA SEÑORA DE CHIQUINQUIRÁ Y SU HISTORIA” por Jesús Ángel Semprún Parra

Se trata de una pintura en una tablita que sufrió una milagrosa renovación el 18 de noviembre de un año del siglo XVIII, cuando una humilde lavandera de nombre María Cárdenas, que había recogido la mencionada tablita en las orillas del Lago y la había llevado a su hogar, colocándola como tapa para una tinaja, sintió ciertos ruidos y vio la imagen renovada como una pintura al óleo en la humilde tablita. Es una copia muy aproximada de la pintura que se venera en el pueblo de Chiquinquirá de la República de Colombia, que es una tosca pintura de Alfonso Narváez realizada para María Ramos en 1586. Estas versiones pictóricas de Nuestra Señora de Chiquinquirá, se ha asegurado son reproducciones de la Virgen del Rosario, pintada hace varias centurias atrás por el artista sevillano Juan Antonio.

Siempre se había sostenido que la milagrosa renovación fue en 1749 y por ello en 1949 se celebró solemnemente el segundo centenario de la renovación, sin embargo el Hermano Nectario María consiguió pruebas documentales que demuestran que el gobernador coronel Francisco de la Rocha Ferrer, quien estuvo al frente de la provincia desde el 14 de octubre de 1712 hasta fines de 1717, fue uno de los colaboradores para la construcción de la capilla de Nuestra Señora de Chiquinquirá en la Iglesia de San Juan de Dios y contribuyó a darle un marco de plata como guarnición a la mencionada imagen, lo cual se reafirmó porque su sucesor Guillermo Tomás de Roo (1717-1723), derribó la capilla de San Juan de Dios y fabricó la capilla mayor, así como designó a su primer mayordomo a Joseph Gutiérrez de Vergara. Todo ello hace deducir que la renovación debió ser cercana a 1712, ya que para ese momento el cuadro no tenía altar, ni capilla, ni marco y por ello, se ha estimado como año aproximado de la renovación el de 1709, es decir 40 años más antiguo ese culto de lo que se creyó durante siglos, pero siempre el 18 de noviembre, como día esplendoroso de esa milagrosa transformación. Todo esto hasta que se demuestre lo contrario. El monseñor doctor Gustavo Ocando Yamarte, historiador de la Iglesia, mantiene inédita una obra que ha titulado Historia crítica de Nuestra Señora de Chiquinquirá, donde promete hacer algunas revelaciones con nuevos datos históricos.

Por su parte Arístides Rojas señaló un suceso similar en el pueblo de Chiquinquirá de Nueva Granada, ocurrido el 26 de diciembre de 1586 y sería Maracaibo la ciudad testigo de la renovación por segunda vez de la Virgen de Chiquinquirá. Desde ese momento del milagro mariano se decidió el traslado de la tablita a la Iglesia Matriz, pero no se pudo por causas extraordinarias y debió trasladarse a la Ermita de San Juan de Dios, construida hacia 1686 por el capitán Juan de Andrade, la cual sufrió múltiples transformaciones hasta llegar a ser la monumental Basílica, que se admira hoy.

El presbítero Antonio María Soto, párroco de Chiquinquirá, gestionó y obtuvo de S.S. el papa Benedicto XV el 16 de julio de 1917, un Breve Pontificio, ordenando la coronación canónica de la sagrada imagen, lo cual fue cumplido solemnemente el 18 de noviembre de 1942, en un acontecimiento de trascendencia nacional, con la asistencia del presidente de la República, el Nuncio Apostólico, autoridades civiles y religiosas, con la presencia de cerca de 20 mil peregrinos provenientes de distintas partes del país y un total de 100 mil personas, en un terreno debidamente acondicionado donde estuvo el Estadio del Lago del sector La Ciega, a los acordes del Himno a la Virgen compuesto por la poetisa Graciela Rincón Calcaño, con música del compositor Adolfo De Pool, con una monumental corona elaborada por el joyero de origen alemán Alberto Bischoff, con ocho kilos y medio de oro de 18 quilates y 169 piedras preciosas (brillantes, rubíes, zafiros, esmeraldas, etc.) donadas por el pueblo zuliano. Tiene un diámetro de 42 cms. y para su manufacturación artística fueron necesarios 8.100 horas de labor, aproximadamente. El obispo Marco Sergio Godoy colocó las coronas, primero en el Niño y luego en la Virgen; el Dr. Héctor Cuenca ministro de Trabajo y Comunicaciones pronunció el discurso de orden y monseñor Nicolás Navarro dio la bendición final. Al mismo tiempo, se celebró el III Congreso Mariano Nacional, entre el 13 y el 18 de noviembre del mismo año, con ponencias de alto valor religioso, filosófico, teológico y moral. El primero en fotografiar la Corona de la Virgen en forma de postal en 1942, fue el fotógrafo venezolano-alemán con residencia en Maracaibo, Heinz Petzold, padre del destacado jurista y profesor universitario maracaibero, Hermann Petzold Pernía.

En 1992 con motivo del cincuentenario de la coronación de la santa patrona, el Banco de Maracaibo se unió a esta conmemoración a través de la acuñación de una medalla que, en versión de oro y de plata, diseñó el ilustre pintor venezolano Mateo Manaure. Con lo recaudado de la venta de las medallas, la mencionada centenaria y prestigiosa institución bancaria, dispuso donar una parte sustancial a una Fundación  dedicada al rescate y preservación del Patrimonio Eclesiástico de la Basílica, incluyendo la restauración y mantenimiento de la imagen.

En la terrible época de la dictadura perezjimenista, la Virgen de Chiquinquirá visitó a Caracas, saliendo por primera vez del Zulia el 27 de junio de 1957, para presidir los actos de la Semana de la Patria, con motivo de la conmemoración  del 5 de julio de 1811. La Patrona del Zulia fue despedida con honores militares en el puerto de Maracaibo, por el gobernador Néstor Prato, junto a Jorge Villasmil, presidente del Concejo de Maracaibo, monseñor José Alí Lebrún, obispo auxiliar de Maracaibo, coronel Pedro Bracho, en representación del componente militar presente en la región y decenas de funcionarios públicos. El 28 de junio tuvo un recibimiento triunfal en el puerto de La Guaira; la Catedral de Caracas y el Palacio de Miraflores fueron sus escenarios. Al retorno de la gira el 7 julio, el destructor “Zulia” era esperado por varias embarcaciones en la isla de San Carlos y reinó de nuevo el júbilo en el Zulia.

El 30 de julio de 1980, Nuestra Señora del Rosario de Chiquinquirá fue declarada Patrona de la Guardia Nacional de Venezuela.

El 27 de enero de 1985, el Papa Juan Pablo II en su visita a Maracaibo le rindió tributo a la Patrona del Zulia. El Santo Padre se trasladó desde el aeropuerto internacional La Chinita en su «papamóvil» a las pistas del viejo aeropuerto Grano de Oro, en los terrenos de la Facultad Experimental de Ciencias de la Universidad del Zulia, convertidos en un gigantesco altar, presidido por la imagen de la Virgen, estuvo iluminado por noventa y cuatro reflectores, a donde conducían mil quinientos metros de alfombra, adornado con un tapiz guajiro tejido por las manos de artesanos de esa etnia indígena, donde cien con-celebrantes oficiaron la misa con el Papa, usando vino zuliano de consagrar, para dar la comunión a cien mil personas en tres cálices de obispos del Zulia, ayudados por cien religiosos venidos de los Estados vecinos, Colombia, El Salvador, Nicaragua y Las Antillas. En 1997, con motivo del centenario de la diócesis del Zulia, recorrió todas las parroquias y pueblos del estado Zulia, y el 1º de julio de ese año, fue coronada como Reina y Madre de la Guajira y de la Etnia Wayuu.