Descripción
Al leer Tocar la puerta, evoco que antiguamente se pensaba que la memoria tenía asiento en el corazón, de allí la palabra «recordar» que viene de re cordis, que literalmente es «volver a pasar por el corazón» – independientemente que sean Corazones de paso, como el título del libro anterior de Julio- y es que este nuevo libro es un tránsito por la memoria, un viaje hacia ella, un acercamiento, no como un ejercicio nostálgico, sino como ese instante nutricio, que marca, que tiene su asiento en el ser interior, en el zócalo donde todo habita, de allí que después de la ausencia, volver sea este verso del primer poema del libro: «Tortugas irregulares con el mismo sueño de regreso», no solo al agua salada, sino a la tierra donde se establece la semilla, donde se siembra, de ese mismo primero poema: « Allí dejo un libro maestro con mis semillas/ En medio de varias vidas que fundé/ quiero comenzar de nuevo, pero, el tiempo, invención, me huye/ Ahora, días nuevos para ver el paisaje que amo». El tiempo ha transcurrido, otro es el instante y nos asalta la duda, lo que nos espera, el lugar donde acaso quisiera terminar, el retorno perpetuo, todo un manto de interrogantes que solo la poesía puede responder: «Otra vez el sueño de la tierra, de sus árboles y de sus frutos/ Camino a ese fin que será la casa donde nací/ aquel calor perdido en afectos y líquidos ajenos/ Tu calor es el de esta calle, mi huella digital/ un aroma de cabra con orégano en nuestra mesa (…) / Apago el paisaje para dibujarlo de nuevo/ con su otro sol y su otra luna, un mapa de estrellas como fondo/ Inalterable/ No sé si estarán todos, pero si la tierra». «Otra vez, otra vida», es un poema como un libro, es el poema que se nos revela al cruzar las páginas de Tocar la puerta de Julio Bolívar.
Fidel Flores
Valoraciones
No hay valoraciones aún.