JOSÉ DE JESÚS VILLASMIL
(1812 – 1877)
Poeta zuliano neoclásico, quien nació y murió en Maracaibo, después de haber estado exiliado en Cuba por la revolución de 1848. Peleó en la guerra de los cinco años y fue ascendido a general. Sus escritos están dispersos en periódicos y revistas de la época, muchos firmados con el seudónimo Fido.
El fragmento III de Repatriación en estrictas pinceladas neoclásicas nos pinta la geografía propia de las riberas del lago. La exaltación del paisaje lacustre es lo esencial en el poema.
REPATRIACIÓN
(fragmento)
Dentro el Lago ya surgimos
por el tortuoso Tablazo,
robusto y nervudo brazo
que al Lago le atiende el Mar.
Atrás nos queda San Carlos
por el pescadero oculto.
Las Toas, brumoso bulto,
se destaca singular.
Como un cintillo de ópalos
que borda copa de plata,
de ambos lados se dilata
la costa en límpido azul.
Punta de Palmas parece
con su verdina guirnalda
festón de pura esmeralda
en un vestido de tul.
Del Moján a Santa Rosa
los palmares ondulantes
dejan espacios vacantes
que destellan cual volcán.
Y el Monte de San Andrés
al envés descuella ufano,
dominando todo el llano
en son de altivo titán.
¡Que paisaje tan variado,
tan bello, tan fascinante,
inspirando a cada instante
nueva y dulce sensación!
Mientras la nao en su vuelo
las distancias aproxima,
el aire natal nos mima
la frente y el corazón.
Allá blanquea Altagracia,
limpio nido de torcaces,
de recreo y de solaces
plaza de cita pascual.
Noble villa y señorío
de marciales tradiciones
que sustenta los pendones
de nuestra banda oriental.
Aquí está Capitán Chico,
de pobres indios guaridas,
tras él, como suspendida,
se ve la torre matriz.
Que de la regia corona
que Maracaibo sustenta
gracioso blasón se ostenta,
irguiendo la cerviz.
El islote de los mártires
en verdinegra diadema
parece que lleva el lema
de tristeza y aflicción.
Asilo delos recluidos
por contagiosa dolencia,
acusación con su existencia,
sin culpa, dura expiación.
Muy distinta es la fortuna
de la Hoyada y los Haticos,
adonde erijen los ricos
sus estancias de placer.
Expansión de Maracaibo,
se extiende como dos alas,
vistosas de ricas galas,
pensiles que es grato ver.
Majestuosa esa poesia, es la primera vez que leo algo así de mi hermoso lago… aunque esté y viva lejos de Maracaibo, siempre sentiré el marullo y el olor del salitre en las orillas del viejo malecón…