Tal vez el antecedente más remoto de creación de una biblioteca pública en la ciudad de Maracaibo, haya sido a partir de la fundación del “Gabinete de Lectura”, presidido por Manuel de Jesús Arocha y coordinado por Manuel Dagnino, entonces joven estudiante. Esta iniciativa partió de la Sociedad “Eco de la Juventud”, constituida en el Colegio Nacional de Maracaibo, de donde surgió una brillante agrupación literaria, la cual debería considerarse como el primer grupo literario importante de la región zuliana, existió entre 1855 y 1859. Tuvo como asesor al gran poeta zuliano José Ramón Yepes. Más tarde, fue creada la Biblioteca Zuliana por decreto del 15 de julio de 1873, dictado por el general Venancio Pulgar, para que funcionase en el local del Palacio de Justicia, antigua Casa Consistorial. Se erogaron 15.000 bolívares para su creación y se promulgó un reglamento para su funcionamiento.
Fue inaugurada el 6 de diciembre de ese mismo año, como un gran acontecimiento cívico y cultural, pero al año siguiente, con los desórdenes públicos, la biblioteca fue destrozada y el resto fue entregado a la Sociedad Mutuo Auxilio. En 1876, la Sociedad Gimnasio del Progreso, la reorganizó y reinstaló, en uno de los salones de la dirección de Instrucción Primaria del estado y en el año 1898, el presidente del estado Dr. Alejandro Andrade decretó un Departamento Especial para la bibliografía zuliana y se ordenó la formación del catálogo correspondiente, lo cual no se cumplió. Desde entonces, la biblioteca funcionó como un servicio público, pero siempre en locales improvisados.
El día 7 de septiembre de 1976 se creó el Sistema Nacional de Servicios de Bibliotecas e Información Humanística, Científica y Tecnológica, que en el Zulia sólo se organizó en 1978, integrado por la Red de Bibliotecas Públicas, la Red de Bibliotecas Escolares y la Red de Bibliotecas Especializadas en Humanidades y Economía, a este sistema se integró por supuesto la Biblioteca Pública del Estado Zulia.
La Biblioteca Pública del estado Zulia ha sido reglamentada en varias ocasiones por la Gobernación del estado Zulia y ha ocupado varias sedes sucesivas, ninguna de las cuales era técnicamente ajustada.
El 31 de octubre de 1995 se produjo la reapertura de la Biblioteca Pública del Estado Zulia en la nueva sede al frente de la antigua Cervecería Zulia en la avenida El Milagro y dándole el nombre de la poetisa María Calcaño, en una primera etapa; se realizó un acto protocolar con la presencia de la gobernadora Lolita Aniyar de Castro y su secretario de Cultura, José Quintero Weir, así como otras autoridades de la región; el discurso en homenaje al epónimo María Calcaño, estuvo a cargo del historiador Luis Guillermo Hernández. Más tarde el edificio fue demolido y en su lugar fue construido uno moderno de 7.000 metros de construcción, obra del arquitecto Enrique Nones, la cual resultó premiada como la mejor obra de 2007, por la Cámara de la Construcción.
La inversión estimada, para la primera etapa, fue de 17.000 bolívares fuertes, el cual fue inaugurado el 24 de enero de 2008. Cuenta con una Sala General, con el nombre de la poetisa María Calcaño” y la posibilidad de acceder a más de 40.000 títulos; Sala de Lectura Infantil “Amenodoro Urdaneta”; Sala de Conferencia “Hesnor Rivera”, con capacidad para 70 personas y recursos tecnológicos; Sala de Referencia “David Belloso Rossell”, con un catálogo de más de 3.000 ejemplares de los más importantes diccionarios y enciclopedias; Sala Braille “Miguel Ángel Jusayú” para invidentes; Fonoteca-Videoteca “Ulises Acosta”, Biblioteca Digital, Cafetín, Área Administrativa, entre otros espacios. La biblioteca también es sede del Acervo Histórico del estado Zulia, con su propio patrimonio bibliográfico y documental.
Hay que decir que en cada organización, reorganización, mudanzas y construcción de nuevas sedes, los libros y todo el material hemerográfico y documental, terminan dañados, maltratados o destruidos en su totalidad.
Ahora nuestra Biblioteca Pública, con sede propia, moderna y funcional por primera vez en la historia, pesa sobre ella otra vez la sombra de la destrucción, atentando con lo queda de patrimonio bibliográfico zuliano, al destinar sus instalaciones para albergar enfermos asintomáticos de Covid-19 o virus chino, inapropiadamente inhumano para los pacientes y perjudicial para todo el material biblio-hemerográfico, documental y demás. Basta de decisiones arbitrarias, absurdas y desquiciantes.
JESÚS ÁNGEL SEMPRÚN PARRA
Ex-presidente de la Academia de Historia del Zulia
Autor de los libros de nuestra editorial:
Diccionario General de la Literatura en el Zulia
Diccionario General del Zulia
El Lago de los poetas
Rosas Marianas
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