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Editorial Independiente de Venezuela

“DESPERTAR AL MUNDO DE LAS IDEAS” fragmento de “Te contaré mi historia mientras llueve” de Audrey Delgado y Carlos Henríquez

Las ideas del pensamiento positivo, bienestar y felicidad que hoy creemos de vanguardia realmente existan desde los emperadores romanos, varios cientos de años antes de Cristo. Marco Aurelio tiene en sus escritos los mismos principios utilizados por los más famosos motivadores actuales, ya lo decía el emperador romano:
“Hace falta muy poco para tener una vida feliz; está todo dentro de ti, en tu forma de pensar”.
En ese tiempo me apasionaba leer los postulados de los filósofos griegos, especialmente los estoicos, quienes a mi juicio marcaron un camino para ser feliz.
Epicteto su máximo exponente apuntó en su obra insigne: “Algunas cosas dependen de nosotros y otras no”, por eso mi mentor me decía siempre que cuidara mis pensamientos, creencias, reacciones y decisiones, mi actitud, que sólo eso podía controlar.
Sócrates sostenía que la vida era un viaje de autodescubrimiento y que en la medida que te conocieras a ti mismo serías más feliz.
Entonces si desde siempre supimos cómo ser felices porque nos cuesta tanto mantenernos en este estado. Las herramientas para ser una mejor versión de nosotros mismos están en nosotros, dejemos que fluyan y se apoderen de nuestro ser.
Justamente, estando yo en esa barca mirando las estrellas, me encontraba poniendo en práctica una de esas herramientas, específicamente la propuesta por Heráclito, quien nos invita a transcender de lo que perciben nuestros sentidos, que tuviésemos una visión cósmica, ello nos permitiría ver las cosas con otra perspectiva.
Era razonable. Si yo pudiese trasladarme hasta aquellas estrellas luminosas y me mirase desde allá, cualquier obstáculo parecería diminuto, distinto, así lo mirase de frente.
A mi juico se trata de aceptar la vida como un todo, con sus antinomias tal y como las plantea la física y la literatura. Bien y mal, vida y muerte, la ignorancia y la sabiduría, lo objetivo y lo subjetivo, luz y oscuridad; todos somos parte de todo y eso está bien. Son expresiones de la realidad con las que tenemos que vivir.
“La red de nuestra vida es un hilo mezclado, buenos y malos juntos”, escribió Shakespeare.
En una ocasión, en la que mi maestro y yo nos encontramos dentro de un templo, comenzó a decir:
— El hombre ve al mundo blanco o negro, y el mundo no es blanco o negro, el mundo es Blanco y Negro, como nuestros pensamientos, como la noche y el día, como el piso mosaico de este templo. ¡No es casualidad que éstas baldosas tengan este tamaño!, ya que con ello nos recuerdan que al pisarlas debemos tomar conciencia que nuestros pies jamás estarán apoyados en su totalidad en el blanco o en el negro, sino que pisamos parte de blanco y parte de su opuesto, pues así es la vida, se basa todo en una perpetua interacción regida por el equilibrio, la armonía universal. Los mosaicos con su forma cuadrada, nos muestran las virtudes: templanza, fortaleza, prudencia y justicia si de significado moral se trata, pero también representan los cuatro elementos tierra, agua, aire y fuego, que se encuentran presentes en todos los seres humanos.

Será cierto lo que veo
O son mejores mentiras
A veces me creo santo
Y sabio como el rey Midas
Pensando que lo que toco
Se convierte en puro oro
Y sin darme cuenta que así acabo
Con la vida que esconde el lodo
Será que estuve tan ciego
Que no pude percatarme
Que solo dentro del pantano
La flor de Lirio renace
Es cierto de igual manera
Que en la oscuridad de los campos
Brillan más las estrellas
Que alrededor de los palacios.